Lindy Hop cruzando el charco

Marcelo nos cuenta su experiencia en Barswingona.

 

Un día de enero una amiga alemana me pregunta por Facebook, “¿nos vemos en abril en Barcelona?”

Este fue el puntapié inicial de mi pequeña y más atrevida aventura viajera, ¡BARSWINGONA!  (Y unos días en Europa obvio, había que aprovechar el pánico). Entenderán que para alguien que la única vez que salió del país fue a Ecuador, a los 5 años (mucho no me acuerdo), realmente era una aventura ir al viejo continente.

Pero la aventura no comienza en el avión, sino que en la maleta. Locooooo!! Vas a un festival con fiestas temáticas y tratar de llevar lo necesario para poder ir a cada fiesta sin pasarte de los 23 kg es un verdadero juego de ingenio. A esto se suma que dejé el armado del equipaje para el último fin de semana (para mí eso es tarde, maniático), intentando decidir si llevar mochila o maleta con ruedas, fue toda una reflexión filosófica a considerar. Pero lo logré (llevé maleta con ruedas).

Tuve suerte, Barcelona es una ciudad amigable, preciosa, con mucha cultura, una gran arquitectura (Gaudí un genio) y además con un festival de swing. ¿Qué mejor? Podía salir a pasear temprano (al Barrio Gótico, Montijuic o un free tour por el modernismo catalán) e ir a clases en la tarde o a las fiestas que se hicieron en la noche, todas temáticas y con música en vivo. Después terminábamos en geniales afters con música en vivo en el paseo marítimo.

No sé que me gusto más. No sé si fue la facilidad de desplazarse a todos los lugares en metro o en bus sin sentirte en peligro (puede que el desconocimiento sobre la ciudad haya ayudado). Era genial poder regresar en bus al hostal, gran ayuda al bolsillo. No sé si fue que además del festiva, había otras actividades de swing, pensando que en Barcelona hay varias escuelas y la escena swing es muy grande, solo Barswingona lleva 20 años realizándose.  No sé si fue la gran cantidad de gente de distintos países que pude conocer y con los que pude bailar (gente de Alemania, Francia, Bélgica, Costa Rica, EE.UU., además de los mismos catalanes y de otros lugares de España), todos muy simpáticos y buena onda, no importa cual era su nivel, todos queríamos bailar.

Era entretenido como mientras más cerca del escenario aumentaba el nivel, así que con los chicos nos íbamos paseando por todos lados. Digo con los chicos porque tuve la suerte que los astros se confabularon para que varios chilenos pudiésemos asistir. No sé si también me gusto más el sentirte acompañado en un grupo y de esta forma no ser tan tímido al sacar a bailar. No sé si fue el teatro enorme, con un piso excelente, donde pude estrenar mis zapatos nuevos que me compré allá. No sé si fueron los clandestinos en Poblenou, frente a la catedral o en Plaza Real, los últimos dos lugares muy turísticos y siempre con música en vivo. No, no sé que me gusto más.

Lo que sí sé es que fue una tremenda experiencia. Una experiencia que debo repetir y que, si ustedes pueden, deben tener. Se los dice alguien que no es un fanático de los viajes y cruzó el charco por ir a su primer festival fuera de su país.

http://www.barswingona.org

 

Si también has bailado en el extranjero y quieres compartir tu experiencia en el blog, te invitamos a enviarnos un artículo (con foto) a swingtiagochile@gmail.com

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